La situación actual que ocasionó el virus no mejora a la velocidad que quisieramos, estuvimos tanto tiempo acostumbrados a la rutina y, a estas alturas, la mayoría de nosotros ya extrañamos volver a nuestras actividades cotidianas con el fin de sentirnos libres, productivos y ¿por qué no? socializar con nuestros amigos, compañeros y familiares sin sentir la culpa de que estamos haciendo algo indebido.
Esta pandemia no solo está acabando con muchas vidas (aunque también es una situación lamentable, hay muchos sitios que abordan esos temas de manera más especializada) sino que también está mostrando la realidad de una sociedad autodenominada "civilizada". Considero muy importante abordar una profunda reflexión, pero no solo de nuestra persona, sino en escalas más grandes. Más de alguna vez sentimos que el mundo era nuestro y podíamos comerlo a mordidas y, por esa razón, la realidad hoy nos golpea más duro de lo que alguna vez creímos. Muchos veíamos en las clases de historia lo que les pasaba a las antiguas civilizaciones al enfrentarse a enfermedades que hoy en día están controladas e ingenuamente pensamos: "¡qué bueno que no me tocó vivir eso!" o "Eso no va a pasar en mi generación". Pese a nuestros aires de grandeza, hoy en más de un medio tenemos la posibilidad de ver lo que sucede a nuestro alrededor y no con el fin de propagar el miedo, más bien recomiendo abordarlo con una actitud de gratitud y valor a lo que hoy tenemos.
Pese a que la ciencia y la tecnología avanzan a pasos agigantados somos tan vulnerables como cualquier otra forma de vida que habita en este planeta y, quizá no somos tan inteligentes como creemos. La realidad que se vive deja mucho que desear del comportamiento de seres civilizados y eso quedó claro con las siguientes situaciones:
1.- Aún seguimos nuestro instinto. Compras de pánico
Existen muchas teorías que tratan de explicar como, al sentir miedo, buscamos seguridad. Aunque no sepamos cómo o qué hacer, queremos estar seguros de que a futuro podremos enfrentar una situación desconocida. Pese a ser tan "civilizados", actuamos por instinto, siguiendo lo que el resto del ganado hacia aunque más contraproducente. Esa gente que enriqueció sin pensarlo dos veces a las empresas de toallitas desinfectantes, gel antibacterial y más recientemente cubrebocas, ¿pensó en como afectan a sus semejantes mayores que no pueden competir en fuerza y velocidad para adquirir sus víveres? ¿o en cómo afectan al sector salud, quienes necesitan los artículos como armas para enfrentarse a esta guerra?. Peor aún de quienes se aprovechan para lucrar de manera descarada con la situación y no se diga de aquellos que lo vieron como pretexto para saquear centros comerciales. ¿No creen que un consumo responsable es un comportamiento más "civilizado"?
2.- Somos muy influenciables. Exceso de información
Muchos estudiantes de mi generación y, por lo visto de muchas otras, menosprecian una materia muy interesante "Metodología de la Investigación" ¿te suena? pues bien, uno de los objetivos de la materia consiste en enseñarnos a filtrar información, buscar fuentes confiables y respaldar nuestros argumentos con información sólida obtenida de especialistas. ¿Qué pasó? Comenzaron a circular noticias falsas, teorías conspirativas y artículos cuyo fin era difundir pánico irracional, ¿para qué? si eres bastante analítico, puedes identificar que están orientadas a apoyar intereses políticos, pseudociencias y para obtener fama momentánea. Aunque algunos simplemente lo hacen con el afán de ir en contra del sistema. Todo esto, aunado a la gran facilidad de compartir información por redes sociales generó un caos en la población que, lejos de mantenernos unidos para afrontar una situación en común, comienza a generar "bandos" que dividen más la sociedad.
3.- No queremos ver a futuro
Es bastante normal la frase "será lo que Dios quiera". Nos aterra la idea del tiempo y es ¿quién quiere envejecer, carecer de salud y ser una carga para los demás?. Estando en cuarentena nuestra principal preocupación es económica sin embargo son pocos los mexicanos que ahorramos y nos informamos sobre educación financiera. En éste artículo de la condusef puedes ver a detalle que los mexicanos no tenemos el hábito de ahorrar y quienes lo hacen prefieren los medios informales con todos los riesgos que conllevan.Desarrollar hábitos economicos a corto, mediano y largo plazo puede garantizarnos una vejez más apacible, puede permitirnos pagar buenos servicios de salud y mantenernos con un buen nivel de vida y eso esta al alcance de un libro o un curso bien explicado. Es increíble el amor y el miedo que le tenemos al dinero.
4.- La tecnología corre más rápido que nosotros
Esta situación me gusta más como un reto que los jóvenes debemos detectar y corregir cuanto antes. Dos de las medidas que tomaron gobernadores y empresarios fueron la implementación de clases virtuales para no frenar la educación y el home office para aquellos profesionales que tuvieran la oportunidad de seguir laborando. ¿Cuál es el resultado? Hay que analizarlo por partes:
En educación
No todas las familias tienen acceso a internet o a una computadora, es decir la digitalización no se ha llevado a todos los sectores de la población y en esta situación pudo disminuir el problema. Adicionalmente, es muy difícil para muchos padres orientar académicamente a sus hijos ya sea porque no tienen conocimiento en tecnología o porque siguen creyendo que todo lo relacionado a la educación es responsabilidad de los maestros y por ende justifican la ausencia de un hábito que todo estudiante debe tener.
Home office
Algunos expertos aseguran que esta transición estaba proyectada hasta 5 años en el futuro, sin embargo la misma situación nos forzó a
5.- El planeta también necesita un respiro de nosotros
Es impresionante el cambio que está teniendo el planeta. Vivimos siempre tan atareados en nuestras cosas que rara vez nos permitimos recordar lo maravilloso que es el mundo en el que vivimos y que es tan generoso que dándole la oportunidad de regenerarse puede volver a darnos todo. Un requisito bastante mínimo para los beneficios. Recuerda que solo tenemos éste planeta para vivir y es nuestra responsabilidad cuidarlo.
Te agradezco que hayas llegado hasta aquí, cuéntame, ¿Qué aprendiste en esta pandemia?
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